La práctica de Mountain Bike lo tiene todo: alivia el stress, permite el contacto con la naturaleza y contribuye a estar en forma de manera sana y entretenida. Además en la región existen excelentes rutas con atractivas panorámicas para pedalear.
A la hora de iniciarse en el deporte siempre surgen las mismas dudas: ¿Qué bicicleta es mejor comprar? ¿Qué es necesario llevar? o ¿Cómo se debe armar el recorrido? Por eso en esta nota encontrarás consejos para principiantes que desean practicar Mountain Bike.
Elegir la bicicleta adecuada
Antes de comprar una bicicleta es indispensable pensar en las necesidades. Se debe considerar la frecuencia de uso, los objetivos que se quieran alcanzar y el presupuesto máximo disponible para gastar.
Podemos clasificar los diversos tipos de bicicletas en tres grupos: rígidas, semi-rígidas y de doble suspensión. Las primeras son las que carecen de suspensión, su peso es liviano, son económicas y no requieren de mantenimiento continuo. No obstante resultan limitadas para zonas de mucha dificultad. Por su parte, las semi-rígidas tienen suspensión solo en la rueda delantera. Son un poco más pesadas pero garantizan comodidad y eficacia en la montaña. La relación precio calidad es coherente para quienes se inician en la actividad. Por último, se ubican las de doble suspensión, tanto para la rueda delantera como trasera. Resultan ideales para caminos con muchos obstáculos y requieren de mantenimiento constante. Por eso las eligen los que llevan un poco más de tiempo practicando el deporte.
Paralelamente, hay que considerar la talla de la bicicleta. Es indispensable para evitar lesiones y sentir comodidad. Para eso, hay que tener en cuenta la altura del ciclista y la longitud del tiro de su pierna.
Equipo de protección
El primer requisito para andar en bicicleta es el uso del casco. Es importante que quede firme sin oscilar y una vez ajustado debe ubicarse a uno o dos dedos por encima de la ceja. A la hora de comprar se recomiendan los que poseen ventilación, sobre todo para quienes pedalean en zonas calurosas.
En segunda instancia se requiere de indumentaria y accesorios complementarios. Entre ellos se destacan los guantes, ya que brindan mayor agarre al manubrio y ayudan a proteger las manos en caso de caídas. También es indispensable un soporte para el agua, que puede ser una mochila de hidratación o una botella para llevar en el cuadro de la bicicleta.
Por último, hay que transportar a las prácticas un kit para emergencias, compuesto por inflador, multillave y cámara de repuesto o kit reparapinchazos.
Elegir la ruta adecuada
Es importante planificar la ruta con anticipación sobre todo para quienes dan sus primeros pasos en el ciclismo. A su vez, hay que sincerarse sobre las limitaciones físicas para marcar el camino correcto y estudiar la ruta trazada para no perderse.
Por otro lado, para quienes decidan salir solos, se debe tener cautela con las bajadas y los caminos dificultosos. Además hay que informar a una persona cercana sobre las rutas que se piensen transitar. Si por el contrario, se entrena junto a un equipo, los riesgos son menores y se puede aprender de la experiencia del grupo en cuanto a técnicas del deporte. Además será más entretenido y motivador.
Revisar periódicamente el estado del rodado
Se aconseja revisar la bicicleta después de cada entrenamiento, para que esté óptima en la próxima salida. Es suficiente con considerar aspectos básicos como la presión de los neumáticos, el estado de los frenos y la compresión de los tornillos del conjunto de dirección. En este caso, se puede contar con un set de herramientas específico que permitirá agilizar el trabajo de rutina.
Disfrutá del espíritu aventurero arriba de la montaña sobre la bicicleta. Un forma de explorar nuevos paisajes, superar obstáculos y poner en movimiento cada músculo del cuerpo. Por ser una práctica integral, cada vez más se suman aficionados que no dejan de pedalear.